Devocionario
¿Has intentado alguna vez cargar tu teléfono con un cargador desenchufado? Es un ejercicio inútil. El mismo principio se aplica a nuestra vida espiritual. Jesús lo deja muy claro en Juan 15:5 cuando dice: "Sin mí no podéis hacer nada". Esta afirmación puede parecer dura a primera vista, pero en realidad es liberadora. Jesús no está diciendo que no podamos lograr nada con nuestras propias fuerzas; ciertamente podemos alcanzar el éxito mundano sin Él. Lo que está diciendo es que no podemos producir nada de valor eterno -verdadero fruto espiritual- separados de Él. Cuando tratamos de fabricar amor, gozo, paz y otras cualidades espirituales a través de nuestros propios esfuerzos, terminamos con pálidas imitaciones. El verdadero fruto espiritual no se produce a través de la determinación humana; es el resultado natural de la conexión divina. La hermosa verdad es que cuando permanecemos conectados a Jesús, el fruto se produce naturalmente. Así como un manzano no se esfuerza para producir manzanas, nosotros no necesitamos esforzarnos para producir fruto espiritual. Nuestro trabajo es simplemente permanecer conectados a la fuente de la vida.
Versículo bíblico
"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése es el que da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer." - Juan 15:5
Pregunta de reflexión
¿De qué manera has estado tratando de producir fruto espiritual a través de tus propios esfuerzos en lugar de permitir que crezca naturalmente a partir de tu conexión con Cristo?
Cita 'Sin mí no podéis hacer nada'.
Oración
Padre Celestial, perdóname por las veces que he tratado de producir fruto en mi propia fuerza. Gracias por recordarme que mi única responsabilidad es permanecer conectado a Jesús. Ayúdame a permanecer en Él hoy y confiar en que Tú producirás fruto a través de mí mientras permanezco en esa conexión. Amén.